Una tarde de café. Una taza de olivo y un ramillete de sueños pequeños. Todo a causa de una lluvia de estrellitas y duendes. Miles de versos en prosa y vino. Miles de deseos de queso y pan. Un poco de la vida de antaño y un mucho de la vida que vendrá. En un día como cualquiera donde mis ojos encuentran el eco de mi imagen en los tuyos. Dulce canto de sirena mientras tomas mi mano y paso a paso el sol se oculta entre los cerros color carmesí. Un olor a tierra mojada que se desprende de tus labios. Un color de amor y amapola. Un sin fin de notas en el laberinto de mi memoria. Todas para componer una canción que me lleve para siempre hasta a ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario