El día nace…con el sol sangrante de ultravioleta y cosmos, su calido aliento vaga por los rincones de medio planeta, recordando a los seres vivos que es uno más…un letargo de doce horas termina. Y cada uno, con su camino diferente. Derrama de esperanzas, felicidad amor, y odio, todo conjugado en un mismo verbo: vivir.
Bajo un cielo, príncipe de cuentos, el vapor blanco de algodón, viaja sobre nosotros, apacible, lento, desmedida. Una sed voraz invoca a los diluvios constantes, para nutrirnos, para funcionar. Hoy en día, la naturaleza nos reclama, la hemos lastimado, hemos tomado su sangre y la envenenamos. Respiramos su aliento y lo intoxicamos. Derramamos sobre ella los desechos de una vida comodina y banal. Mientras nuestro ego y nuestros instintos básales nos incitan a seguir con la masacre diaria. Hoy la tierra reclama su ser. La mejor manera de terminar con un cáncer es extirpando el tumor de raíz. Es hora de dejar de tomar lo que no nos pertenece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario