martes

La ultima lucha

Son cerca de las 7 pm. Estoy en la lucha preliminar a la función estelar. Pero aquí soy un ídolo más. Apenas ayer recibí otra paliza, y hoy estoy de nuevo ante el público. Entro al vestidor. Saco todo lo que necesito de la maleta. Me visto, me preparo. Ajusto la mascara y ajusto mis botas. Esta noche enfrentare a un hombre medio metro más alto y con 150 libras mas de peso. Pero no es grasa. Es puro músculo. El dolor será insoportable.

La pela anterior termina. Todo esta listo. Vocean mi nombre entre una algarabía de la multitud. La mayoría grita mi nombre, muestra sus pancartas de apoyo. La pirotecnia hace su aparición. Camino hacia la gente, y correspondo sus gestos de admiración. Me enfilo al cuadrilátero y siento como la adrenalina corre por mis venas. La música cambia. El ambiente se torna más áspero. Aparece mi rival. Parece un monstruo. Una maquina. Me mira fijamente desde la lejanía. El odio brota por sus poros. Sube al cuadrilátero y mientras el referee da las últimas indicaciones la mirada de ese oso me hace saber que no será amable. Comienza el combate. Unos cuantos golpes para medirlo. No surte efecto nada. Pero el me patea y golpea. Como si tuviera un mazo en las manos. Siento como se nubla todo golpe tras golpe. Un rictus de dolor se deja ver a través de la mascara. Y una vez más tengo oportunidad de golpearlo con todo lo que tengo. Pero es inútil. Cada golpe que me propina es mas duro que el anterior. Pronto estoy molido. No puedo más. Me rindo. Sangrando me tambaleo y el propina el ultimo golpe. Me desvanezco. Ya no puedo más.

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